Enfermedades transmitidas por pulgas y garrapatas
A la hora de tener un animal en casa, no todo es darle de comer y sacarlo a dar paseos. También debemos de ocuparnos de su salud, ya que como reza en el lema de la profesión veterinaria en España, “Higia Pecoris, Salus Populi”. Eso se traduce en vacunas todos los años, desparasitaciones internas cada tres meses y desparasitaciones externas para evitar picaduras de pulgas, garrapatas e incluso mosquitos. Pero, ¿realmente sabemos qué estamos haciendo con cada uno de estos actos? Y sobre todo y más importante: ¿por qué lo estamos haciendo?
En otros artículos ya he explicado la importancia de prevenir la picadura del mosquito para evitar las enfermedades que transmiten (filariosis y leishmaniosis principalmente), y en un futuro también hablaré de las vacunas, pero en este artículo nos vamos a centrar en las principales patologías y enfermedades transmitidas por pulgas y garrapatas.
De los dos artrópodos, el que peor fama tiene es sin duda la garrapata. Lo asociamos siempre a enfermedades infecciosas con fiebres altas y de difícil diagnóstico, pero la pulga no se queda atrás. No podemos olvidar que la pulga fué la culpable de la peste bubónica o peste negra que asoló Europa y Asia en el siglo XIV, y acabó con la vida de entre 30 y 50 millones de personas en 5 años. En la actualidad este proceso está controlado y es poco frecuente, y en los casos que aún existen, el 85% se resuelven con éxito.
En la actualidad, los principales agentes patógenos que la pulga es capaz de transmitir son los siguientes:
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Dipylidium caninum: provoca una parasitosis intestinal. Perro y gato.
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Rickettsia conorii: ricketiosis o fiebre botonosa mediterránea. Perro y gato.
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Bartonella helensae: enfermedad del arañazo del gato. Sólo gato.
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Estos tres agentes son transmisibles a las personas (zoonosis), de ahi la importancia de prevenir las pulgas en nuestras mascotas. Excepto el Dipylidium, que usualmente solo provoca síntomas intestinales (diarreas crónicoas, pérdida peso, sangrado en deposiciones, anemia…), los otros dos agentes no dan muchos síntomas, y los que provocan son muy leves, como letargia, apatía, algo de fiebre intermitente y anemia.
En la práctica diaria, los procesos más comunes que vemos asociados a una infestación por pulgas son, irritación y molestia por las picaduras (la saliva de la pulga es muy irritante), y anemia y debilidad, por la extracción en algunos casos de gran cantidad de sangre. Hay una patología que en dermatología se llama “Dermatitis Alérgica por Picadura de Pulga” o DAPP, que es cada vez más frecuente y que consiste en una reacción exageradamente irritante a cada picadura de la pulga. Esto se traduce en que el animal se muerde y araña en cada picadura para aliviar ese picor, llegando en algunos casos a autolesionarse gravemente.
Pasamos ahora a la garrapata. Este arácnido funciona de manera muy diferente a la pulga: mientras ésta es muy rápida, pica en varios sitios y se mueve con mucha celeridad, llegando incluso a realizar saltos de gran longitud, la garrapata es muy lenta, busca muy bien el sitio donde va a insertar su boca para succionar la sangre (suele buscar sitios muy calientes y vascularizados como pliegues, orejas, axilas o ingles) y cuando pica, su saliva va acompañada de un anestésico local para que su hospedador no note su presencia, y pueda alimentarse hasta que se sacie.
El listado de agentes patológicos que la garrapata es capaz de transmitir es mucho más amplio que el de la pulga. Y aunque en muchos casos el agente patológico depende del tipo de garrapata y del clima, yo los voy a englobar para hacerlo más sencillo:
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Acantocheilonema spp: parásito sanguíneo. Perro y gato.
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Bartonella helensae: enf. Arañazo del gato. Gato.
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Piroplasmosis (babesiosis): parásito hemático. Perro.
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Hepatozoon canis: por ingestión de garrapatas. Perro y gato.
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Borrelia burgdorferi: enfermedad de Lyme. Perro y gato.
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Ehlichia canis: ehrlichiosis monocítica. Perro, y también gato.
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Anaplasma phagocytophilum: anaplasmosis o ehrlichiosis granulocítica. Perro y gato
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Anaplasma platys: Anaplasmosis o trombocitopenia cíclica infecciosa. Perro.
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Rickettsia conorii: fiebre botonosa mediterránea. Perro y gato.
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Coxiella burnetti: coxielosis o fiebre Q. Perro y gato.
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Francisella tularensis: tularemia. Conejo, liebre, gato.
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Flavivirus (virus TBE): encefalitis transmitida por garrapatas. Perro y gato.
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En esta largo listado, los agentes incluidos que pueden ser transmitidos a personas son: Bartonella, Borrelia, Anaplasma phagocytophilum, Rickettsia y Coxiella. La tularemia se transmite a personas que hayan tenido contacto con piel, orina, heces o cualquier otro fluido de un animal afectado, o por arañazo o ingestión de carne de un animal enfermo.
A esta alturas, creo que quedan claras las razones de por qué debemos evitar y prevenir las enfermedades transmitidas por pulgas y garrapatas en nuestros animales de compañía. De todas maneras, a modo de resumen, lo vamos a enumerar en 5 puntos:
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Transmiten enfermedades muy patógenas en perros y gatos.
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La transmisión de estas enfermedades es muy impredecible.
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Producen síntomas muy inespecíficos y su diagnóstico en ocasiones es tardío.
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La evolución de estas enfermedades puede llevar a la muerte del paciente.
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Muchas de estas enfermedades son transmisibles a personas.
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