Queratitis eosinofílica felina
La queratitis eosinofílica felina o queratitis superficial proliferativa del gato es un proceso patológico que afecta exclusivamente a la capa más externa de la córnea, en el ojo. Puede ser uni o bilateral, y afectar tanto a machos como a hembras de cualquier raza. Lo solemos encontrar como una mancha blanca o rosada y opaca que aparece en el ojo, casi siempre en el canto lateral, aunque también puede aparecer en el medial, cercano al tabique nasal, sin dejarnos ver el iris que queda detrás de dicha mancha. Se suelen formar nuevos vasos sanguíneos alrededor de la lesión y ser bastante molesta porque provoca prurito o picor.
La causa que provoca la queratitis eosinofílica felina no está muy clara. Se piensa que los rayos ultravioleta pueden actuar como causa desencadenante. También que el Herpesvirus felino (FHV-1) pueda estar detrás de estas lesiones, ya que aparece tanto en gatos portadores como en aquellos que no son portadores pero sí han tenido contacto con dicho virus.
Los síntomas que pueden aparecer son de molestia o daño insidioso en el ojo afectado: picor y rascado, cierre parcial del párpado y contínuo parpadeo, ojo lloroso y lagrimeo (lo que se llama epífora).
Para diagnosticar la queratitis eosinofílica felina lo primero que debemos explicar es que no es una lesión común, y por tanto, sólo los veterinarios especializados y con experiencia pueden realizar el diagnóstico y plantear un tratamiento acorde. Para ello habrá que descartar que sea una lesión ulcerosa, y tomar muestra de la lesión para hacer citología.
Para su tratamiento será necesario aplicar localmente productos que controlen y disminuyan la intensidad de la reacción inmunitaria que se da en la lesión. Para ello utilizaremos pomadas con corticoides o ciclosporina, de manera crónica. Dada la posible implicación del virus del Herpes felino, se hace muy necesario mantener al animal con un aporte contínuo de L-Lisina para mantener a raya el virus y evitar rebrotes del mismo.
Una vez que se ha diagnosticado y se ha aplicado el tratamiento convenientemente, el pronóstico es favorable, con riesgo de que reaparezca en determinados momentos, como de estrés o bajada de defensas, pero en general hacen vida normal.