Vacuna contra la Leishmania canina: ¿por fin?
Durante muchos años hemos estado pendientes de investigaciones y descubrimientos que aseguraban que estaban a punto de conseguir la vacuna contra la leishmania canina. Este hallazgo suponía un gran paso hacia el control y erradicación de dicha enfermedad, ya que por el momento la única manera de prevención que teníamos a nuestro alcance eran collares y pipetas para repeler al mosquito, y así evitar su picadura y la transmisión de la leishmania.
Sólo un país tenía registrada una vacuna contra leishmania: Brasil. Y a nosotros nos tocaba esperar.
Parece que nuestra espera está llegando a su fin: el laboratorio Virbac ®(francés) ha comercializado una vacuna en Francia y en Portugal, y según las últimas noticias, antes de terminar este mes ya podremos tenerla en las clínicas de nuestro país. Se llama CaniLeish®.
Según estudios del propio laboratorio, del grupo de perros control (no vacunados), durante 2 años, el 72 % dio positivo a la prueba de detección de leishmania por PCR en algún momento. De todos éstos, el 10% padeció una infección sin síntomas, pero un 23 % desarrolló la enfermedad con síntomas. Por lo tanto se puede decir que la morbilidad es del 33 % ( un tercio de los perros no vacunados pueden contraer la enfermedad).
Sin embargo, en los perros vacunados, el 12’2 % desarrolló la enfermedad activa, de los cuales 7’3 % desarrolló enfermedad sintomática y el 4’9% una infección activa pero asintomática. Por lo tanto, se puede decir que mantiene protegido al 87’8 % de los perros vacunados, casi un 90% de efectividad.
El protocolo de vacunación es el siguiente: se puede comenzar a vacunar a perros a partir de los 6 meses de edad, con una dosis inicial, y dos dosis de recuerdos, con una separación entre cada una de 3 semanas. Por tanto, en 6 semanas tendríamos vacunado de leishmania a nuestro perro. Los recuerdos son con una sola dosis anual. En perros adultos o con sospecha, se recomienda hacer test de leishmania antes de vacunar, ya que no se recomienda vacunar a perros enfermos. Se recomienda separar la vacuna de leishmania de cualquier otra vacuna al menos 2 semanas.
Pueden aparecer reacciones adversas de tipo local en el punto de inoculación (inflamación, nódulo, dolor a la palpación, o eritema) que se resuelven de 2 a 15 días. Otros signos que también pueden aparecer son hipertermia, apatía y trastornos digestivos durante 1 a 6 días. No se han observado reacciones anafilácticas, aunque esto no es excluyente.
Un dato muy importante: la vacunación de leishmania no excluye la aplicación de productos repelentes del flebótomo, como collares o pipetas, lo cual hace que la protección sea más completa.
Espero de verdad que sea ésta la solución definitiva que acabe con esta enfermedad, que en lugares como en el que resido, en Badajoz, hace muchos estragos entre la población canina. El tiempo nos lo dirá.